Optimismo y realidad, amigos inseparables

Si los seres humanos sólo tuviéramos emociones positivas, nuestra especie habría muerto hace mucho tiempo. Si sólo tuviéramos negativas, tampoco habríamos evolucionado de la forma que lo hemos hecho, ni habríamos alcanzado el mismo nivel de desarrollo, creatividad y armonía. 

Martin Seligman, uno de los máximos referentes en psicología positiva a nivel mundial, considera que el estado ideal del ser humano es un optimismo realista, aprendido y positivo, capaz de ver en los reveses un desafío temporal y limitado. Es una combinación equilibrada de emociones positivas encaminadas a la acción y al crecimiento, y emociones negativas que nos muestran la realidad y nos permiten reflexionar y aprender.

El optimismo debe ser una actitud activa ante la realidad de la vida. No es simplemente ver el vaso medio lleno; hay que pasar a la acción y hacer algo interesante con ese vaso. Cuando entiendes que debes hacerte responsable de lo que te sucede, asumiendo la existencia de dificultades y poniendo en práctica estrategias de acción basadas en la esperanza y la confianza, lograrás transformar tu realidad y crecer con ella en la dirección que desees.

Algunas investigaciones han comprobado que tener una visión optimista de la vida, conlleva múltiples beneficios: estás menos estresado, eres más persistente, gozas de mejor salud física y emocional, vives más años y obtienes más y mayores logros. El pesimismo conduce al inmovilismo, mientras que el optimismo realista fomenta la acción y el crecimiento; abriendo nuevas oportunidades y posibilidades.

En este sentido, Jacques Lecomte, experto en psicología positiva, utiliza el término optirrealismo para explicar que el optimismo necesita partir de la realidad presente para no caer en la pura ilusión. La clave es inspirar un mayor progreso teniendo en cuenta todo lo que está bien y lo que puede ir mejor, pero también prestar atención a la realidad de la vida. El optirrealismo, requiere sensibilidad con lo que te rodea, acción, decisión y compromiso para alcanzar los cambios que quieres lograr.

Cada persona nace con una tendencia natural hacia el optimismo o el pesimismo. Después, con el paso de los años, nuestras propias experiencias debilitan o fortalecen esa actitud. Te compartimos algunos tips para que practiques de forma activa el optimismo realista:

1. No subestimes tus capacidades.

2. Toma responsabilidad de tus acciones.

3. Trabaja en mejorar tu autocontrol.

4. Evita el pensamiento absoluto.

5. Ante una dificultad, haz un alto, analiza la situación y busca alternativas.

6. Aprende de los errores.

El optimismo realista es uno de los componentes del capital psicológico positivo, junto a la esperanza, la resiliencia y la autoeficacia. Los cuatros son como las caras de un mismo cubo y juntos son una herramienta muy poderosa para el desarrollo personal y profesional, ya que nos ayudan a mirar hacia adelante y trabajar en la consecución de metas y objetivos de forma activa. En happiens, hemos desarrollado con Carmen Soler, varios temas para que identifiques y apliques tu capital psicológico positivo. Regístrate y accede a los vídeos, podcasts, lecturas y prácticas de nuestros cursos y empieza a construir tu vida con optimismo realista.