señales de que estás dando demasiado de ti

5 señales de que estás dando demasiado de ti

La empatía es la capacidad de una persona para ponerse en el lugar de otra. Es decir, cuando una persona es empática, es capaz de entender aquello que está sintiendo la otra, incluso en situaciones de sufrimiento. Como consecuencia de esto, la persona ajustará su comportamiento y su actitud en las interacciones con los demás.

Normalmente, la empatía hace que nazca el instinto de cooperar o ayudar, pero el problema surge cuando das demasiado a los demás y te olvidas de ti. Esto puede llevar a que otras personas terminen abusando de tu generosidad. Es aquí cuando aparece la pregunta, ¿cómo y cuándo es necesario poner límites en las relaciones? 

En happiens hemos detectado 5 señales que indican que estás dando demasiado y que, quizás, el momento de establecer límites ha llegado.

Te preguntas si estás siendo manipulad@

Si dudas y piensas que quizá te están manipulando, es probable que así sea. 

En muchas ocasiones, la manipulación es sutil y puede estar en el límite entre lo sano y lo dañino. En otras ocasiones, resulta tan obvia que podrías sentirte incomod@ y, llegado ese momento, lo correcto sería poner límites entre la otra persona y tú, ya que la situación puede terminar siendo insostenible. Cuánto antes tomes cartas en el asunto, con decisión y educación, mejor.

Tu ayuda hace que la otra persona no se desarrolle

Ayudar a las personas de tu entorno en determinadas ocasiones está bien. No obstante, dar demasiado no solo te afectará negativamente a ti, sino también a quienes piensas que estás ayudando.

Un ejemplo claro se ve en los hijos, cuando las madres y padres intentan impedir cualquier fracaso evitando, de esta manera, que ellos tomen las riendas de sus vidas, evolucionen y descubran sus propias capacidades. 

Tu ayuda provoca que la otra persona sea irresponsable

Cooperar o ayudar a otra persona sin buscar algo a cambio es generosidad, y está bien siempre y cuando esta no se convierta en un hábito que lo único que genera es irresponsabilidad o incompetencia en la persona que la recibe, ya que esta se ha podido acostumbrar a tu presencia siempre que lo necesite.

La ayuda siempre debe ser saludable y promover el crecimiento de los demás pero, de no ser así, es momento de poner límites y decir “no”.

Ayudar en una situación no te produce bienestar, sino resentimiento

A veces, después de echar una mano a otra persona, esa sensación de bienestar que normalmente produce el ayudar desaparece y, en vez de eso, aparece el resentimiento y el rencor hacia ésta, como comienzo o señal del deterioro de vuestra relación. 

La situación afecta a tus recursos

Cuando la situación de ayuda se convierte en un abuso hacia ti, es momento de parar. Sobre todo cuando tus recursos se están agotando, y no solo nos referimos a los económicos (que también), sino más bien a los emocionales. 

Cuando sientas que la situación se ha vuelto insostenible y está afectando de una manera u otra a tu bienestar emocional es momento de decir basta.

Es importante ser capaz de detectar los inicios de este tipo de relaciones, ya que lo ideal es no llegar a esas situaciones en las que es necesario poner límites entre las personas. Dependiendo de tu personalidad y de tus recursos psicológicos, un abuso de confianza por parte de alguien podría afectarte considerablemente.

La generosidad es la virtud de dar o regalar algo sin esperar nada a cambio, pero ésta se debe dar únicamente en determinadas ocasiones y no convertirse en una costumbre que podría afectar negativamente tanto a ti como a la persona que crees que estás ayudando. 

¿Has sentido que estabas dando demasiado de ti a alguien y era momento de establecer límites? 

Hacerlo no te hará peor persona, al contrario, te hará respetarte a ti y a las personas con las que te relaciones.